DAVID BERENGUERAS - PROGRAMA TV REDES
Para empezar este artículo es importante definir qué es la visión de túnel. La visión de túnel es tan antigua como natural y cotidiana, es un fenómeno o uno de los distintos resultados que experimenta una persona al ser expuesta o al ser partícipe de una situación peligrosa o amenazante.
Siempre se ha dicho que la adrenalina es una fuente de energía que puede salvarle la vida en un determinado momento, pero no es menos cierto que la adrenalina también limitará su pensamiento crítico, su capacidad de audición, sus habilidades motoras finas y le provocará la visión túnel. Estas reacciones instintivas previas a cualquier comportamiento consciente y aprendido han sido básicas para asegurar la supervivencia a lo largo de la evolución del ser humano.

Ante una agresión, el circuito cerebral del miedo situado en la amígdala del cerebro, nos prepara para luchar o escapar.
Cuando nuestro cerebro detecta una amenaza se ajusta el foco visual de nuestros ojos sobre ésta, el efecto túnel por lo tanto es una respuesta psicofisiológica.
Las pupilas se dilatan debido al efecto de la adrenalina que ha sido vertida al torrente sanguíneo por las glándulas suprarrenales, en ese instante entra gran cantidad de luz al ojo sin que este tenga tiempo para adaptarse. Dicho incremento de luz dificulta la capacidad para observar lo que ocurre periféricamente, generando la denominada “Visión de túnel”. Como si una cámara eliminase de su objetivo todo aquello que resulte irrelevante para centrar el foco de atención en el elemento que suponga una amenaza.
Para explicarme mejor y que puedan entender la visión túnel, voy a contarles una historia imaginaria que sin duda les va a ayudar a comprender este fenómeno:
Imagínese que va por la calle caminando con su mujer e hija de la mano. Está a punto de entrar a su casa cuando de la nada aparece un individuo con actitud amenazante. El delincuente le agarra con violencia, le dice que no haga ningún ruido, le ordena callarse o de lo contrario amenaza hincarle una navaja, incluso le da una discreta pero dolorosa patada en la espinilla para que le quede claro que no está jugando. Con voz amenazante le dice que le dé su teléfono móvil, cartera, reloj y hasta el bolso de su mujer.